Jugando en el taller de mamá

Nací y crecí entre hilos, ese olor a piel y cola, el sonido de la "Singer" (máquina de coser zapatos) de mi madre, el “tac tac” del martillo que se escuchaba en la calle de distintas ventanas de las vecinas que también trabajaban desde casa… Esos momentos que nos enseñaba a coser con retales y las risas que nos daba cuando comparábamos los pespuntes como “ses curves de Lluc” [una carretera montañosa con muchas curvas que lleva al Monasterio de Lluc en Mallorca], nos enseñó que los pequeños detalles importan y que las cosas hechas con atención y cariño son las que perduran.

Sentí la necesidad de cambiar de rumbo, de volver a mi origen, de volver a sentir aquella ilusión creando vestidos para las muñecas con las telas que me daba o los nuevos tesoros que encontraba rebuscando entre cajones y distintas habitaciones de casa, era todo un premio y
fuente de inspiración para cambiarle el uso por el que había sido pensado.

Así nació Savage Line, un proyecto que combina pasión por las cosas hechas a mano aprovechando las nuevas tecnologías pero siempre con un mismo objetivo: hacer cada uno de los artículos con cariño, respetando la naturaleza, priorizando el reciclar, reutilizar y eliminar el plástico, respetando el habitad y los animales, siendo una apasionada de los felinos y entusiasta por la selva.

Objetivos e ilusiones que espero compartir contigo y entre todos, pongamos nuestro granito para un entorno más sostenible porque se puede ser #chicsavage naturalmente 😉